A
lo largo de la historia de varios países se ha escrito las mismas
letras. Ahora ha tocado un golpe de estado fallido y una posición que sale
reforzada. Así de sencillo. Ya está.
Te suena? Detrás de cada movimiento de estos hay una incontable
cantidad de intereses sociales, comerciales, estrategias geopolíticas
y movimientos de inteligencia, tanto antes como después de cada
hecho, que afecta a un cambio de dirección política y social en la
mayoría de los países. En España también tenemos ejemplos.
Detrás de todo ese tipos de movimientos hay una cantidad inmunda de
situaciones de carácter criminal e inmoral que, en nombre de la
libertad y la democracia, cometen nuestros organismos de
inteligencia. Como en el fallido golpe de estado de Turquía.
Lo que pasa es que Erdogan ha resultado ser el Chávez de Europa.
Dicho así, sintéticamente en forma de viñeta.
En este caso, el presidente electo turco se ha desatado con mas
flexibilidad estratégica que la que quería imponer el bando occidental. De qué forma? Cocinando una situación que le llevara al
llegar a la posición en que está ahora, pidiendo los apoyos
estratégicos clásicos en este tipo de embates (CIA-golpes de
estado) , y además resolviendo, por ahora, los costes que le podría
acarrear.
En cualquier país pseudo-occidental el quitarse de encima una
oposición dura, un sistema mafioso paralelo a la mafia del gobierno,
una linea en contra dentro de la fuerza militar, de un plumazo,
llegaría a resultar incluso muy antidemocrático para sí mismo. Así que
es recomendable ir preparando una situación donde incluso le
lleguen a aplaudir por haber solventado una necesidad inventada para el bien de los conciudadanos.
En el caso resiente, nuestro héroe popular ha sabido volcar sobre
sus opositores toda la maquinaria necesaria para acallar a unas
voces que dejaban en evidencia la falta de recelo, que ha podido
tener su gobierno en hechos punibles dentro de su sistema legal. Y
así seguir ejerciendo su papel de mano dura con sus convicciones
personales sobre las civiles, demócratas, morales y legales.
Hasta ahí todo normal dentro de cualquier pedido de un golpe de
estado para llevar. Lo verdaderamente esperpéntico para el apoyo
occidental es que Erdogan ha sabido gambetear la real intención de
su bienintencionado colaborador. La CIA pretendía sacarse de encima
a un títere incómodo. Pero en vez de eso ha favorecido, como en
muchos otros casos, que su aliado se torne mas difícil, dándole
todas las ventajas de un trabajo hecho, y una cuenta que va a tener
que renegociar cuando se esperaba cobrar de una sola vez.
Como ilustración de lo acaecido tenemos a el extraoficial portavoz
de la CIA rindiendo cuentas tras haberles quitado la cartera.
Lo triste de todo esto es que entre ladrones anda el juego. Y que en
zonas como el sur de Europa, afortunadamente, no se llegaría a estos
duros hechos porque la sociedad admite de mejor grado todos los
inconvenientes de pertenecer a el mundo occidental.